Medio Ambiente

Desarrollo Sostenible

RESPETO AL MEDIO AMBIENTE, RESPETO AL PRESENTE Y AL FUTURO

Los y las jóvenes socialistas siempre hemos tendido a pensar en el Medio Ambiente no como un área de acción sectorial, y sí en conexión con la actividad de otras áreas como puedan ser el empleo, la educación, la defensa de las libertades, etc.

El Medio Ambiente debe ser una prioridad política y uno de los pilares centrales de nuestro discurso como organización y una prioridad política de primera magnitud a la hora de presentarnos a la sociedad que está altamente sensibilizada y que demanda soluciones a problemas que están en la calle y que son percibidos como muy importantes. Lo hacemos impregnando todas nuestras posiciones sobre todos los temas de un discurso medioambientalista.

Las políticas de Medio Ambiente en nuestro país, al contrario que en el resto de Europa, son algo muy reciente. La Dictadura ignoró esta dimensión e impulsó procesos industrializadores y de desarrollo empobrecedores de nuestro Medio; la Transición Política, desarrollada en medio de una importante crisis económica, tampoco lo tuvo en la agenda política y económica.

El inicio de las políticas de Medio Ambiente tuvo que esperar, a pesar de la existencia de una demanda social creciente a lo largo de estos años, a la incorporación de nuestro Estado en la Unión Europea. Fueron los Gobiernos Socialistas los que tuvieron que hacer frente a la tarea de poner las bases de lo que debiera ser una política y un proyecto medioambiental coherente para nuestro Estado. El camino recorrido por las administraciones socialistas seguramente fue insuficiente, pero apuntaba a políticas de progreso y a una convergencia real en materia de Medio Ambiente con los Estados más avanzados de la UE.

Esta trayectoria quedó rota con la llegada de la derecha al gobierno del Estado. Desde 1996 el Gobierno del PP actuó en dos direcciones muy claras: 1) una campaña de mercadotecnia muy acusada, intentando vender su nula acción en esta materia; 2) la puesta en marcha de un proceso sistemático y planificado en el tiempo para desmontar las bases progresistas de la política de Medio Ambiente puestas por los Gobiernos Socialistas.

El Protocolo de Kyoto y el Desarrollo Sostenible, la protección de los hábitat naturales de nuestro país, para conservar la gran biodiversidad y endemismos que poseemos y la lucha contra la desertificación deben ser nuestra agenda de reivindicaciones a gran escala. A nivel local y personal es mucho lo que se puede hacer. Hay que fomentar los valores y la cultura medioambientales: ecologismo, ocio rural, voluntariado ambiental, reciclaje, aprecio y uso eficiente de los recursos tales como el agua, alimentos, electricidad, combustibles fósiles, etc.

El cumplimiento del Protocolo de Kyoto, con medidas como gravar con impuestos ecológicos a los coches que más consumen; una nueva cultura del agua,; un desarrollo urbanístico costero sustentable, sin puertos deportivos ni playas artificiales; un apoyo decidido a las energías renovables, no a las nucleares y sí a la investigación en nuevas energías como la mareomotriz; una política de transportes respetuosa con el medio, sí al tren y no a las grandes autopistas; en definitiva, dar valor y contenido a nuestra proclama a favor del Desarrollo Sostenible.

Deberíamos apostar por una Ley de Suelo Estatal, que frene los graves casos de especulación urbanística, tan patentes en la actualidad, sobre todo en el litoral Mediterráneo, y causan daños irreparables a nuestro Medio.